“Primero vinieron a buscar a los comunistas y
no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no
dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no
dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no
dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces,
ya no quedaba nadie que dijera nada".
Friedrich
Gustav Emil Martin Niemöller
El pasado Jueves 28 de
abril, la Dirección de la empresa reunió a los representantes de Tecnocom (RLT)
para presentarnos su plan sobre el “ACENTO
EN LAS PERSONAS” (sic).
Entre
la habitual cantinela de la “modernidad neoliberal”, nos soltaron una frase que
deja claro dónde van a “poner el acento”: no
podrán subiros el salario porque entonces empeoraría vuestra empleabilidad y
seríais muy caros para tal o cual proyecto.
Cuéntaselo tú a la compañía
de la luz, del gas, a tu operador de telefonía, o al comprar el pan, que no te
suban los precios ya que tu empresa se ha visto obligada a congelarte el
salario para no perjudicar tu empleabilidad haciéndote más caro.
De forma que eso que se
ahorran hace que el proyecto sea más rentable para la empresa y esos beneficios
habrá alguno que se los lleve a Panamá. Te preguntarás. “¿Y qué hay de lo mío?”
¿De verdad piensas que les importa?
El
resumen es claro y ya lo conocéis. Esta empresa no quiere negociación
colectiva. Piensan en el crecimiento y desarrollo profesional, selectivo y sin
asegurar igualdad de oportunidades, como único medio para que los profesionales
cobremos más. Nada de “café para todos”, ni “mochilas”, como ellos lo llaman y
que la ley denomina derechos colectivos, sino que sólo concederán “premio” a
aquellos que “se esfuerzan” según la opinión subjetiva de los capataces.
Lo
que quieren es un colectivo sumiso, dispuesto a tragar con todo y basado en el
peloteo. Y con un mensaje subliminal: El
profesional que quiera mejorar compatibilizándolo con sus derechos siempre
tiene la oportunidad de irse a otro lado.
Cambiarán
derechos por acuerdos entre las partes, tomándoos de uno en uno. Así, si una de
las partes (la empresa) cambia de parecer y rompe el acuerdo, te quedas sin ese
derecho que ahora pretenden presentarte como un algo acordado.
Juegan al “divide y
vencerás”, os encerrarán en un despacho uno a uno, os propondrán firmar
acuerdos unipersonales renunciando así a los derechos colectivos.
Más te vale que no caigas
en desgracia, pues no tendrán más que dar por finalizado ese acuerdo personal.
No lo plantean como una
mejora y un añadido a tus derechos colectivos sino como una sustitución de los
mismos. Por eso, cuando nos hablan de su acento en las personas nosotros les
decimos que personas no lleva acento.
Nosotros creemos en la negociación colectiva realizada por
la Representación Legal de los Trabajadores y la publicación en el B.O.E del
Convenio Colectivo, como es de ley.